Barcelona te amo
En dos mil doce tuve la oportunidad de estudiar Diseño de Interiores un verano en Barcelona. Era mi primera vez en la ciudad y obviamente fue un flechazo, esa temporada corta que la habité me dije a mi misma que en algún momento de la vida tenía que volver a vivir esa ciudad que me tenía babeando curiosa, feliz y estimulada. La visité un par de veces después y la disfrutaba de una manera muy especial. Pero el sueño de “una temporada larga” realmente estaba en el “me encantaría” de cosas que quizás nunca sucederán- y no entre mis planes reales. La vida pasó y con ella se fueron once años, hasta que se juntó el amor y mi fuerte inquietud por la jardinería que me llevaron hacia allá. Ahora visualizaba mi estancia aprendiendo, conociendo y creando al rededor de las plantas y las flores.
Fui muy afortunada de contar con el respaldo de CASA PROTEA, un proyecto enfocado en plantas de colección dirigido por Jesús Monteagudo y Pancho Doren. Este lugar lo había conocido en sus inicios en una de aquellas visitas a Barcelona y en este último proceso personal el lugar se convirtió en mi casa y ellos se convirtieron en mis hermanos, colegas y socios mientras hacíamos un intercambio muy claro de admiración, cariño y respeto, compartiéndonos aquello sobre lo que cada uno sabemos.
Mientras Flor de Barrio hacía proyectos con CASA PROTEA, yo estudiaba jardinería en el Centro de Formación del Laberinto de Horta. El Laberinto es un lugar físicamente espectacular que además de ser el jardín más antiguo de la ciudad, cuenta con grandes formadores; botánicos, agrónomos, paisajistas e historiadores de la jardinería que informan y educan a aficionados y gente interesada en estos temas.
Barcelona es una ciudad brutal llena de jardines y parques… históricos, museísticos y también ultra urbanos para el uso y disfrute de toda su gente. Estos lugares te abrazan seas quien seas, tú dispones cómo los vives, pero lo cierto es que tienen un encanto que no se puede ignorar. Atesoraré esta etapa bellísima como lo que fue, la bienvenida a una manera diferente de percibir la vida.
Que bonito que mientras es domingo y termina la tarde (además de estar en la temporada de mayor apogeo vegetal y qué rico) puedo darme el tiempo para reflexionar y pensar en lo acertado que fue tomar esa serie de decisiones que me acercaron un poco más a la sensibilidad a través de las plantas. Observar la vida de una manera más detallada, cíclica y de estaciones. Cómo los cambios en la vida vegetal nos impactan y normalmente no nos damos cuenta porque los damos por sentado, quizá porque como humanos estamos siempre aferrados a ponernos antes a nosotros que a cualquier otra especie que habita el mundo. Que real es que cuando nos acercamos un poquito más, nos damos cuenta de lo inmensa que es la naturaleza y lo poco que conocemos de ella.
Les comparto estas palabras y fotos de algunos increíbles rincones y sus plantas, aunque no sean de tan grandiosa calidad porque las tomé con mi celular.
- Valeria